La moral en la sociedad moderna. Valoración de las normas morales que rigen la sociedad. La conciencia ética, la conciencia moral y el desarrollo humano. La libertadd y el libre albedrío

La moral en la sociedad moderna



Con los ideales de libertad, tolerancia y progreso, la época moderna instaura una nueva idea del hombre y la moral. Se llega a superar la esclavitud y la servidumbre. Las relaciones humanas giran en torno al afán de riqueza. El espíritu capitalista comienza a advertirse hacia fines del siglo XV. 



El objeto principal de la acción humana es la búsqueda de la riqueza y esto repercute en la moral. Lentamente, pero de modo irresistible, la ciencia reemplaza a la religión y se convierte en factor principal de la nueva mentalidad humana. La doctrina del progreso, mediante la razón desaloja la idea de una edad pretérita, con su noción de pecado original. 
  
Entre las virtudes más estimadas por la sociedad burguesa están la honradez, la laboriosidad, la fidelidad conyugal, el patriotismo, etc. La valentía y el arrojo, virtudes de antaño, fueron sustituidas por las virtudes de la escrupulosidad, el ahorro y la astucia en los negocios. La curiosidad intelectual y la confianza en uno mismo, de pecados mortales pasaron a ser virtudes sobresalientes. 


Con el surgimiento de la burguesía como nueva clase social, apareció también un nuevo modo de regular las relaciones entre los individuos, con lo que se gestaba también un cambio importante en la moral. Desaparecieron las trabas feudales para crear un mercado nacional único, y un estado centralizado que acabaran con la fragmentación económica y política.


Es esta época la de las grandes revoluciones liberales, que alcanza su expresión clásica a mediados del siglo XIX, y que tenia como ley fundamental la ley de la producción de plusvalía. Esta ley, cuyo único fin es buscar el máximo beneficio, generará una moral propia, en la que el culto al dinero y la tendencia a acumular los mayores beneficios, constituirá el caldo de cultivo para que entre los individuos florezcan sentimientos de egoísmo, hipocresía, cinismo e individualismo exacerbado.


Con la entrada del siglo XIX, se pasa de métodos brutales de explotación en el trabajo, a métodos más racionalizados y científicos, como los del trabajo en cadena. Se intenta inculcar en el obrero la idea de que, como ser humano, forma parte de la empresa, haciendo así que se olvide de la solidaridad con sus compañeros de clase, y conjugando sus intereses personales con los de su empresa. Es una moral común, la que se esta inculcando a los individuos, desprovista de todo contenido particular, con lo que contribuye a justificar y reforzar los intereses del sistema regido por la ley de la producción de plusvalía (citada anteriormente), y por lo tanto es una moral ajena a sus verdaderos intereses humanos y de clase.


En los tiempos modernos (a medida que los pueblos colonizados no se resignan a ser dominados), se echa mano de la moral para justificar la opresión. Se da una moral colonialista, que presenta como virtudes del colonizado lo que responde a los intereses del país opresor (resignación, fatalismo, humildad, pasividad), además de catar moralmente la haraganería, criminalidad, hipocresía y apego a la tradición de los pueblos colonizados, para justificar la necesidad de imponerle una civilización superior, es decir, imponerles su moral.



  Valoración de las normas morales que rigen la sociedad







Entre los distintos tipos de normas que rigen los comportamientos del individuo particular y del ciudadano que vive en sociedad, vamos a centrarnos en las normas específicamente morales. De los valores éticos, salen y se fundamentan las normas morales que guían nuestros actos, por ejemplo, si valoramos la amistad y la sinceridad, saldrá de esa valoración personal la norma, también personal, "debo ser sincero con los amigos" que, posiblemente, nos demos a nosotros mismos. 


 Las normas morales no estás escritas en ningún libro, como las leyes jurídicas por ejemplo, ni hay autoridades específicas que nos obliguen a cumplirlas. Cuando obedecemos normas morales, como por ejemplo cumplir la palabra que hemos dado, decir la verdad aunque duela, y lo hacemos de forma libre y consciente, ¿por qué lo hacemos?, ¿dónde está el origen del convencimiento y el acatamiento de esas normas? Hay dos posibles respuestas a esta cuestión:




Hablamos de heteronomía moral (del griego héteros, que significa otro, y nómos, ley), cuando los motivos en los que se fundamenta la conducta moral de una persona, son exteriores a nuestra conciencia, es decir, cuando la norma moral que obedece le viene impuesta por alguien distinto de él mismo, pueden ser los padres, una autoridad religiosa o, simplemente, el miedo al castigo si no la cumplimos. Por ejemplo, cuando realizamos una acción moralmente correcta, como decir la verdad, por miedo a las consecuencias de que nos pillen mintiendo.




  La conciencia ética, la conciencia moral y el desarrollo humano



La conciencia es el órgano del bien y del mal; sólo cuando ella está presente podemos hablar de bien y mal. El bien y el mal, en el sentido moral, se refieren al bienestar o al daño que podemos causar cuando actuamos conscientemente. El bien moral es lo que conserva, beneficia, mejora, completa o perfecciona la vida humana en relación a un ideal de la misma; el mal lo que la extingue, daña, empeora o reprime su desarrollo pleno.

La conciencia ética es la conciencia de la conciencia moral; o más simplemente, la auto conciencia. La auto conciencia moral o conciencia ética no nos dice como actuar; pero mejora la conciencia moral  haciéndola más clara en sus contenidos, mejorando sus procesos y haciéndola más coherente.


Eso es lo que hace la conciencia ética, es como un espejo donde la conciencia moral se mira para mejorarse, para descubrir sus contradicciones y limitaciones, para entonces mejorarse.



La Conciencia Moral se refiere a nuestra capacidad para reconocer la diferencia entre el bien y el mal y actuar en conformidad con el bien, de acuerdo a un conjunto de normas y valores que hemos interiorizado como miembros de una sociedad determinada en un tiempo histórico.



La conciencia moral y ética es la capacidad para sentir, juzgar, deliberar (argumentar) y actuar conforme a valores morales de modo coherente, persistente y autónomo.



Por su parte la ética se refiere, por un lado, a nuestra capacidad para analizar la moral; la conciencia ética es la conciencia de la conciencia moral; o más simplemente, la auto conciencia. La auto conciencia o conciencia ética no nos dice como actuar; pero mejora la conciencia moral haciéndola más clara en sus contenidos, mejorando sus proceso y haciéndola más coherente. Por otro lado la ética busca formular valores o deberes deliberadamente y de carácter "universal", es decir a un nivel de generalidad que trasciende loa valores particulares. Estos valores son necesarios en aquellas sociedades con una pluralidad de sistemas de moral porque crean un consenso en torno a ciertas fines de la sociedad en su conjunto. Tal es el caso de los valores de dignidad y solidaridad, los cuales pueden ser aceptados, en su formulación general, por diversas tradiciones religiosas y filosóficas.





Sobre la relación entre la conciencia moral y los valores, debemos aclarar que no se trata de que la conciencia exista primero para luego apropiarse los valores. La conciencia nace del proceso mismo de apropiarse -construir dichos valores.; del mismo modo que el pensamiento nace en el proceso mismo de construir el conocimiento. Esto implica que la conciencia moral nace al calor, por ejemplo de relaciones como la amistad, en la que aprendemos a ser honestos. La conciencia y los valores se construyen, pero no arbitrariamente sino sobre la base de unos ideales de relaciones humanas surgidos históricamente y concebidos y deseados como formas de perfeccionamiento humano.

La conciencia moral es una fuerza; porque puede operar sobre el comportamiento humano a través de los valores que se convierten en deberes y virtudes. En la conciencia los valores se han encarnado, es decir subjetivado y con ello han adquirido el poder de afectar el orden real del mundo, es decir de las relaciones humanas; de los seres humanos entre sí, consigo mismos y con la naturaleza.

La moral hecha conciencia nos hace reconocer y nos obliga a actuar en conformidad con el perfeccionamiento del ser humano en sus relaciones consigo mismo, los otros y la naturaleza o universo. Por eso para Hostos la moral comprende tres grandes divisiones: la moral individual, la moral social y la moral natural. El sentido del deber se extiende hacia mi mismo, los otros, la naturaleza y el universo.



 La libertad y el libre albedrío




El libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que las personas tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. 

El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas jurídicas y científicas. Por ejemplo, en la ética puede suponer que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En la psicología, implica que la mente controla algunas de las acciones del cuerpo, algunas de las cuales son conscientes.


La existencia del libre albedrío ha sido un tema central a lo largo de la historia de la filosofía y la ciencia. Se diferencia de la libertad en que conlleva la potencialidad de obrar o no obrar.

 La libertad es el derecho hereditario del género humano, y el libre albedrío la más elevada de las características divinas.



La Libertad y el Libre Albedrío; líneas de fuerza que representan dos niveles de la Voluntad divina: La Libertad, que se muestra como posibilidad y estímulo para la acción y el Libre Albedrío que responde a ese estímulo por la necesidad de integración, propia de la manifestación cósmica. 



La Libertad es la manera cómo el Padre nos da a entender que, siendo sus hijos, tenemos derecho a representar sus cualidades, a reconocerlas como parte de nuestro acervo a desarrollarlas y a expresarlas. Libertad es la garantía para explorar, indagar, penetrar en los secretos de la Vida y descubrir la esencia inherente a nuestra condición divina transformándonos, expandiéndonos y unificándonos para volver al lugar de nuestro origen.



Libertad es la confianza de Dios en los humanos. Es su manera de decirnos que somos de su estirpe y que aún en nuestra pequeña condición llevamos la promesa de la unión final. Es la manera cómo Dios se asegura de que su creación cumplirá su ineluctable papel en el eterno viaje de la vida. Es un bien inherente a nuestra condición humana y a nuestra conciencia, de allí la desesperación cuando se pierde y el coraje con el que se la defiende. La historia de la raza humana está llena de actos heroicos, de grandes batallas para preservarla y de los nombres de los héroes que ofrendaron sus vidas en la empresa de asegurarla para sus pueblos.



Libre Albedrío es la capacidad que tenemos, como seres pensantes, auto-conscientes para usar de manera racional la Libertad, para actuar como individualidades, construir nuestro destino, formar a conciencia parte de la Vida; para usar los dones divinos que tenemos en custodia y que por derecho y obligación debemos llegar a hacer nuestros. 



Es la oportunidad para desarrollar la discriminación, el sentido de responsabilidad, la rectitud de pensamiento, palabra y acción. Es el poder para desarrollar y emplear la voluntad, para producir hechos, influir en nuestro mundo, orientar nuestro destino. El Libre Albedrío es como el tejido de la vida, la Libertad es el ámbito, en el cual hacemos ese tejido. 




Libre Albedrío es la posibilidad para revelar nuestra divinidad inherente, para crecer integralmente, hacernos co-creadores y fundirnos en la conciencia cósmica. Es todo eso, pero, ante todo, es la responsabilidad de emplear respetuosa y sabiamente el poder concedido, de conocer el mundo en el cual vivimos y las leyes que lo gobiernan, y el mundo de las causas y el porqué de sus efectos. 



Cuando hablamos de Libre Albedrío han de ser considerados tres puntos importantes: a) el poder y alcance de nuestro accionar, b) sus naturales limitaciones en función de la vigencia de la leyes y el respeto al semejante y al entorno, y c) la acción de Karma como expresión de la Ley de Causa y Efecto. 



El primer punto es dependiente de nuestro estado evolutivo, porque a mayor espiritualidad mayor cercanía a la potencialidad divina; el segundo obedece al patrón armónico de la manifestación que se extiende en un preciso entramado donde cada ser y cada cosa tiene su lugar y su ámbito de expresión, y donde, como dijo Don Benito Juárez (un gran presidente mexicano): “El respeto al derecho ajeno es la paz”, y el tercero que atañe a las características de nuestra acción, pues, cada uno de nuestros pensamientos, palabras y obras provoca una cadena de efectos que, si bien recaen principalmente en quien los produce, repercuten en su área de influencia debido a nuestra condición de entidades grupales, planetarias, participantes del gran concierto cósmico.



Albedrío, es :"Voluntad no gobernada por la razón,sino por el apetito, antojo o capricho", y libre es: " La potestad de obrar por reflexión y elección". Dicho en otras palabras, el libre albedrío, es la facultad que Dios nos ha dado para que obremos pudiendo elegir entre el bien y el mal. O dicho más resumidamente y en términos más reales, el libre albedrío, es la facultad que dios nos ha dado para que aceptemos o repudiemos el amor que Él nos ofrece.


Bibliografías

https://prezi.com/wnwzeetwf6a_/moral-en-la-sociedad-moderna/
http://recursostic.educacion.es/secundaria/edad/4esoetica/quincena2/quincena2_contenidos_3.htm

de una conciencia ética y moral como seres humanos.
https://es.scribd.com/doc/54666984/Desarrollo-de-la-conciencia-moral-y-etica
https://es.slideshare.net/fonso10/conciencia-moral-y-etica

https://www.significados.com/libre-albedrio/
https://es.wikipedia.org/wiki/Libre_albedr%C3%ADo

1 comentario:

  1. Autoras del blog: Al adquirir conocimientos sobre los temas abordados aquí nos damos cuenta que la conciencia, la ética y la moral van de la mano pues estas nos permiten saber sobre lo que es correcto o no, es decir lo que está bien o mal, podemos ver que si poseemos una conciencia ética y moral actuaremos correctamente en sociedad.

    Como futuros docentes debemos de enseñarles a nuestros alumnos que ellos tienen libertad y libre albedrio y que para ejercerlos deben de utilizar su conciencia ética, para que no los utilicen solo en su propio bien sino para el bien común y su vida en sociedad , pero que estos deben ser utilizados en bien y sin arrogancia, claro esta debemos nosotros de predicar con el ejemplo.

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